"¡la Virgen Celestial alumbró!, ¡la luz crece!"
En invierno, cuando las semillas de los cereales duermen bajo la tierra esperando la estación más cálida para brotar, en las zonas templadas de la Tierra se produce el solsticio entre el 21 y 22 de diciembre, y el sol empieza a crecer de nuevo. Para las antiguas civilizaciones agrícolas, que vivían gracias a las cosechas, el inicio del ciclo vital se producía en estos importantes días de diciembre y, por lo tanto, era fundamental elevar al cielo plegarias para que el astro divino, recién nacido, calentara la tierra con sus aún tenues rayos, propiciando el crecimiento de los cultivos.
En la antigua Siria y Egipto se celebraba la Natividad del Sol la noche del 25 de Diciembre. Al tocar la media noche, los sacerdotes salían de las habitaciones más ocultas de los santuarios donde habían practicato sus rituales propiciatorios y gritaban "¡la Virgen Celestial alumbró!, "¡la luz crece!", y mostraban a los fieles un niño que representaba al sol recién nacido.
Los Semitas llamaban Astarté a "La Virgen Diosa Celestial" que daba a luz el 25 de diciembre su divino hijo Tammuz. Para los egipcios era la diosa Isis, que había quedado embarazada de su hijo en el mes de marzo, concibiéndolo milagrosamente cuando su esposo Osiris ya había muerto y, al final de diciembre, daba a luz a Horus llamado "El Gran Subyugador del Mundo" o "Toro celeste".
Mitra, uno de los principales dioses iraníes, también era una divinidad solar. Considerado una especie de mesías dispensador de luz y bienes protector de todas las criaturas, había venido a la Tierra un 25 de diciembre para expiar las iniquidades de la humanidad. Así que, muchos siglos antes de la llegada de Jesús de Nazaret, los dioses solares ya habían sido alumbrados por una diosa virgen durante el solsticio de invierno. Con estos ejemplos es evidente que la figura del Cristo redentor de la humanidad nace ya empapada de similitudes con las más antiguas divinidades solares, y se desarrolla según el modelo pagano de estos antiguos dioses. La Iglesia Católica, en su intento de unificar el Imperio Romano con una única religión, adoptó los mitos ya existentes y arraigados en los sentimientos del pueblo y entre los años 354 y 360, por orden del papa Liberio, fué adoptada la fecha del 25 de Diciembre como fecha del nacimiento de Jesús. Con este acto se cristianiza la celebración del nacimiento del "Sol Invictus", el "Sol Invencible", muy extendido y popular en todo el Imperio Romano, que se celebraba en el solsticio de invierno. Los cristianos conmemoraban así "La Nueva Luz" que había llegado para iluminar a la humanidad sumida en la oscuridad del pecado. Efectivamente los Evangelios no dan ninguna fecha concreta sobre el nacimiento de Jesús, solamente mencionan que nació en los tiempos de Herodes.
Las importantes celebraciones de las antiguas fiestas del nacimiento del dios solar antes y el del Salvador de la humanidad después, contemplaban un gran numero de rituales y plegarias. Para la ocasión se preparaban panes especiales, la mayoría con levadura, dulcificados con miel, más tarde con azúcar, enriquecidos con frutos secos, toda clase de semillas, fruta escarchada, además de huevos, mantequilla, leche etc, según el lugar donde se preparaban, que servían para las ofrendas y para disfrutar en los banquetes festivos.
Lo imprescindible de estos panes de Navidad, era antiguamente como lo es ahora, que contengan las semillas que empiezan, en estas señaladas fechas, su periodo de crecimiento.
Pan dulce de Navidad
Ingredientes:
125 g mantequilla
1 taza azúcar flor cernida
3 huevos
ralladura de limón o naranja
4 cucharadas colmadas crema de leche espesa
1/2 taza de ron o coñac
2 tazas de harina
3 cucharaditas levadura en polvo
1/2 cucharadita rasa de sal
1 taza fruta confitada picada
1/2 taza nueces partidas
1/3 taza pasas corinto
Glasa:
1 taza azúcar en polvo
1 cucharada jugo limón
fruta confitada para decorar
Batir la mantequilla con el azúcar, añadir los huevos, la ralladura de limón, la crema de leche espesa, el ron y mezclar hasta formar una pasta homogénea.
Añadir luego la harina con los polvos de hornear, la sal y por último la fruta confitada y picada, las nueces y pasas.
Verter la mezcla en un molde enmantequillado y llevar al horno unos 45 minutos a temperatura de 180º. Desmoldar y dejar enfriar.
Mezclar el jugo de limón con una cucharada de agua y el azúcar poco a poco, mezclar hasta tener una crema espesa que no se corra. Cubrir la superficie del pan dulce y decorar a gusto con fruta confitada.
lunes, 3 de diciembre de 2007
Los Dulces Panes navideños
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Bueno no hay ningun comentario asi que antes de hacer una ligera pregunta te dire que tu blog es excelente, como todo lo que tu haces...y...hay va la pregunta:
Porfavor podrias explicarme que es el azucar flor,bueno que tipo de azucar es...normal, glass...a mi pareja y a mi nos gusta mucho la cocina(nos da mucho juego sabes?),pero con esto tenemos una ligera duda...
Serias tan amable de informarme hacerca de esto.
Querida Teresa, el azúcar flor no es otra cosa que el azúcar glas o azúcar en polvo.
Gracias por el aprecio que has demostrado por mi trabajo.
Te mando un abrazo y hasta pronto, Carmela.
Publicar un comentario