De todos los animales que comparten la vida con el hombre en el campo, no hay ningún otro que alcance mayor simbología que el gallo, señor del gallinero.
El gallo es el emblema de la vigilancia y la actividad, además es símbolo del valor, abundancia, fecundidad, pero también es el animal predilecto para prácticas de adivinación y hechicerías.
Diversos pueblos, como babilonios, romanos y árabes, realizaban prácticas de adivinación (Alectoromancia) teniendo en cuenta el movimiento y el paso de estas aves. En concreto, los romanos colocaban un gallo blanco al centro de un tablero de 23 casillas, que venían a corresponderse con las 23 letras del abecedario (romano clásico), ponían un grano de trigo en cada una de ellas, después soltaban el gallo. Las letras que iba picando el animal formaba un mensaje del que podía deducirse el futuro.
El canto del gallo también sirvió de base para la práctica de la adivinación, y hasta una piedra de su hígado tenía virtudes medicinales, según antiguas tradiciones.
El color del animal es también importante; en las misas negras se sacrificaban gallos negros para obtener los favores de Satanás; sin embargo, en las ceremonias de rito vudú, el gallo que se sacrifica ha de ser blanco.
En la iconografía cristiana el gallo cantando representa la resurrección de Cristo. Simboliza también las tres negaciones de San Pedro; el papa Nicolás I ordenó que se colocaran gallos en el lugar más alto de los templos para recordar este hecho.
Por otra parte el gallo ha sido símbolo del valor del buen guerrero y por eso consagrado a determinadas divinidades bélicas. En la antigua Grecia, las peleas de gallos (denominadas alectriomaquia) tenían un marcado objetivo pedagógico: los jóvenes debían aprender del valor y el coraje de estas aves, y pelear como ellos hasta la muerte.
Su canto matinal marca el fin de los aquelarres, ahuyenta la muerte, exorciza los demonios y espíritus malignos y expulsa a los diablos, brujas y duendes.
Los testículos, del gallo se utilizaban para la elaboración de filtros de amor y su corazón para atrapar al enamorado.
Gallo al vino a la francesa
Ingredientes para 8/10 personas:
1 gallo de 3 o 4 kg cortado en trozos
150 g de bacon
1 cucharada sopera de harina
2 cucharadas soperas de licor tipo orujo, grappa o marc de cava
1 vaso de agua
1 cucharada sopera de concentrado de tomate
aceite de oliva
sal
pimienta
2 docenas de chalotas
30 g de mantequilla
400 g de champiñones
Marinada:
1 botella de vino tinto
2 cucharadas soperas de aceite
2 chalotas
2 zanahorias en rodajas
3 dientes de ajo
3 clavos de olor
algunos granos de pimienta
un bouquet garni (laurel, apio, perejil, tomillo, romero, ajedrea y estragón; todas ellas juntas y atadas con una cuerdecita, o sólo algunas según los gustos).
Cortar el gallo en trozos lavarlos y secararlos bien. A continuación quitar la grasa de la carne reservándola, y poner los trozos de gallo a marinar con los ingredientes de la marinada durante unas 24 horas.
En una cazuela bastante grande poner un poco de aceite de oliva, cuando está caliente añadir el bacon cortado en pequeños taquitos juntos con la grasa quitada a la carne y dejar cocer 10 minutos. Añadir los trozos de gallo (menos el hígado y el corazón), bien lavados y secados, y dejar que se doren por todos los lados.
Espolvorear con la harina y, cuando está tostada ligeramente, bañar con el licor, flambear, después añadir la marinada, unir un vaso de agua y el concentrado de tomates. Salpimentar, mezclar, tapar y dejar a fuego lento una hora y media.
Mientras tanto, en otra cacerola pequeña, dorar a fuego lento el resto de las chalotas peladas en la mitad de la mantequilla, y añadirlas a la cazuela cuando haya transcurrido la hora y media de cocción del gallo. Dejar que siga cocinando a fuego lento durante otra hora.
Saltear los champiñones cortados en cuartos con el resto de la mantequilla durante unos minutos y añadirlos a la cazuela. Achafar el hígado del ave y añadirlo también al guiso, mezclar bien y dejar cocinar todo junto un cuarto de hora más.
Servir colocando los trozos de gallo en una fuente honda y caliente, con la salsa, los champiñones y el bacon encima.
El hechizo de amor con el corazón del gallo:
Con el corazón del gallo guardado podeis hacer un hechizo de amor procediendo de esta manera: con un alfiler atravesar el corazón del ave tres veces mientras se pronuncia el nombre del amado. ¡Suerte!, a ver si la flecha del amor de Cupido atraviesa al mismo tiempo el corazón de vuestro/a deseado/a. Es fundamental que el gallo sacrificado para este hechizo tenga las plumas blancas.
CONTINUACIÓN DE LAS RECETAS DE LA SUERTE
miércoles, 16 de enero de 2008
Las profecías del Gallo y el hechizo de amor.
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