viernes, 18 de enero de 2008

Azafrán para atrer las influencias cósmicas y potenciar la pasión.

El azafrán, “Crocus sativus”, es una planta de la familia de las Iridáceas, que se caracteriza por tener una flor color lila donde destacan el color rojo de los estigmas y el amarillo de los estambres.
La mitología griega explica que el azafrán nació por amor, y esta sería la razón por la cual su flor es considerada afrodisíaca. El antiguo mito cuenta que un buen día la ninfa Smilace, favorita del dios Hermes, se enamoró de un hermoso joven llamado Krokos. Hermes al enterarse se puso muy celoso y trasformó a su rival en flor de azafrán. Sin embargo, el mismo dios, considerado consejero de los enamorados, en seguida entendió el poder que encerraba la bonita flor, y empezó a utilizarla como afrodisíaco.
Pasando de la leyenda a la historia, podemos constatar que ya en los antiguos papiros egipcios se habla del azafrán y se enumeran sus valiosos poderes. Una de las primeras referencias históricas de la aplicación del azafrán procede justamente del Antiguo Egipto, donde era empleado por Cleopatra y otros faraones como esencia aromática y seductora, así como para realizar abluciones en los templos y lugares sagrados.
Las mujeres troyanas consideraban el azafrán sagrado, y lo utilizaban para perfumar el suelo de los templos y las estatuas de los dioses. También en la Grecia clásica era muy apreciado por sus propiedades aromáticas y cromáticas. Se utilizaba además como remedio para la conciliación del sueño, para atenuar los efectos de los vinos, para realizar baños perfumados y como afrodisíaco. Los Árabes lo utilizaban como anestésico y antiespasmódico. Fueron ellos quienes introdujeron el cultivo del azafrán en España en el siglo X.
Durante la Edad Media, la preciada plantita del azafrán tuvo un gran auge en Gran Bretaña. Cuenta la leyenda que durante la época de Eduardo III un peregrino trajo un bulbo de azafrán oculto en el bastón hueco que portaba desde Oriente a la Ciudad de Walden; allí se plantó el bulbo que comenzó a reproducirse, dando a la ciudad gran prosperidad.
Durante el Renacimiento italiano Venecia destacó como el más importante centro comercial del azafrán. Entonces, la dorada especia valía más que su propio peso en oro, incluso hoy sigue siendo una de las especias más caras.
En la India el azafrán es ingrediente imprescindible en la cocina, viene utilizado en la medicina Ayurvédica y en los cultos religiosos.
El azafrán, por tener el color del oro, es sinónimo de riqueza espiritual y material. Se suele regalar en Oriente para augurar una larga vida y prosperidad. Su color dorado recuerda el astro solar, portador de luz y calor, que conecta siempre con algo precioso y espiritual, por esto es el color de las togas de los monjes budistas.
Con el azafrán podemos realizar numerosos hechizos y rituales para atraer el poder de las influencias cósmicas, para potenciar la confianza, la atracción, el encanto y la persuasión de las personas, y para estimular las energías.
Aquí va una deliciosa bebida afrodisíaca con azafrán, para tomar en una romántica noche.

Bebida de la pasión

Ingredientes para 2 personas:

2 mangos maduros
6 albaricoques frescos
1/3 vaso de ron oscuro
un sobre de azafrán (0,60 g)
unas hojas de menta para decorar
hielo triturado
una cucharadita de miel (opcional)

Pelar los mangos, quitarles la nuez y cortarlos en taquitos. Pelar también los albaricoques, quitarles la nuez y cortarlos en dos. Poner la fruta en la batidora, añadir el ron, el azafrán, la miel (si gusta), y batir bien todo. Verter el zumo en unos vasos, añadir el hielo triturado, decorar con unas hojas de menta fresca y servir.

CONTINUACIÓN DE LAS RECETAS DE LA SUERTE

1 comentario:

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