La miel es en todas las tradiciones símbolo de riqueza y de dulzura. En los textos sagrados de oriente y de occidente, leche y miel corren en arroyos sobre las tierras prometidas. Las tradiciones celtas celebran el hidromiel como bebida de inmortalidad.
En la mitología griega la miel es el brebaje de los dioses del Olimpo y alimento reservado a los elegidos, los iniciados, los seres de excepción, en este mundo como en el otro.
La perfección de la miel la convierte en el elemento principal en numerosos rituales religiosos. Los antiguos egipcios creían que la miel se producía a partir de las lágrimas del Dios Ra, y formaba parte de todas las ofrendas destinadas a los dioses.
En el Islam, según el profeta, la miel restituye la vista, conserva la salud y resucita a los muertos. Entre los indios de América, desempeña un gran papel en las ceremonias y los rituales de iniciación y de purificación.
La miel simboliza la transformación iniciática, la conversión del alma y la integración consumada de la persona en muchas antiguas culturas.
La abeja, símbolo de resurrección, la encontramos representada en las tumbas en calidad de señal de supervivencia después de la muerte; la estación en que desaparece -los 3 meses de invierno- se equipara a los tres días durante los cuales Cristo está muerto, justo antes de resucitar. También entre los celtas, bebedores de hidromiel, la abeja evoca las nociones de inmortalidad del alma.
Las abejas, además de excelentes arquitectos, podrían considerarse los mejores y más sabios alquimistas de la naturaleza. Su invento, la miel, ha sido utilizado como alimento en todas las épocas y culturas de la humanidad, y desde siempre se han conocido sus cualidades nutritivas y medicinales, útiles para prevenir toda clase de males, artritis y fiebres.
Para la úlcera gástrica se aconseja tomar una cucharadita de miel pura cada mañana, dejándola diluir bien en la boca antes de tragarla; luego, esperar al menos una hora antes de ingerir cualquier otro alimento. Está comprobado que su consumo tiene efectos positivos a nivel del corazón, favoreciendo el ritmo cardíaco y estimulando el riego coronario. Igualmente, por ser rica en minerales y oligoelementos, influye sobre las enfermedades reumáticas; estimula el metabolismo hepático, por lo cual tiene un efecto desintoxicante en todo el organismo, y es un extraordinario reconstituyente. Aristóles llamaba la miel “Néctar que cae del cielo”.
Antiguamente se utilizaba el marvilloso producto de las abejas en rituales para propiciar la prosperidad, la fertilidad, la abundancia y el amor, así como para exorcizar los espíritus malvados y bendecir los templos. Cuando nacía un niño se le ofrecía miel para darle la bienvenida, para que creciera fuerte y sano y para auyentar a los demonios. Durante la celebración de un matrimonio se untaba de miel el umbral de la casa de los esposos, para que su vida en común fuera “dulce”, —aún hoy en día se habla de luna de miel—.
Los cuerpo de Aquiles y de varios faraones fueron embadurnados de miel antes de encerrarlos en los sarcófagos para conservarlos para siempre. El filósofo griego Porfirio explica, como en su época, se untaban las manos de los iniciados con miel en señal de purificación, y de inicio de nueva vida.
En el primer libro sagrado de los Vedas, el Rig-Veda, escrito entre el 1500 y el 2000 a.C., se habla de una bebida sagrada llamada Soma, que da coraje para las batallas, que estimula a los poetas, cura las enfermedades y asegura una larga vida. La composición de esta milagrosa bebida embriagadora es todavía desconocida, pero se dice que en su fórmula había leche, harina, miel, agua y el zumo destilado de una planta mágica.
Y para concluir tan entretenido argumento, os voy a contar cómo hacer un hechizo con miel y melisa, útil para traer dulzura en el hogar, alejar las energías negativas y atraer el amor.
Infusión de miel y melisa
Colocar un par de cucharadas de miel en un recipiente para un litro de infusión, añadir 30 g de melisa —nombre que en griego quiere decir abejas—, llamada popularmente en varios lugares también hierba de las abejas; verter un litro de agua hirviendo y dejar reposar un rato. Filtrar y beber 2 o 3 tazas diarias. Una tacita se puede poner cerca de la cama para proteger el hogar.
La melisa tiene la propiedad esotérica de dar frescura, energía, también allana el camino de la seducción. La miel no sólo llama al amor sino que endulza el hogar y el interior de la persona.
martes, 22 de enero de 2008
Miel, símbolo de riqueza, armonía y dulzura.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario