martes, 8 de enero de 2008

El ajo proteje contra los males y neutraliza los maleficios.

Se dice que el ajo lo cura casi todo, desde las lombrices hasta el estreñimiento y el colesterol. El ajo crudo tomado en abundancia baja la tensión alta y potencia el sistema inmunitario; propiedades que ya se conocían en la antigua Roma ya que los soldados lo comían en abundancia para combatir las enfermedades infecciosas.
Los ajos se siembran teniendo en cuenta la fase lunar; si se hace durante la luna creciente se salen de la tierra. Tener plantitas de ajos delante de la puerta de casa da buena suerte.
Comer ajos cocidos o crudos proporciona fuerza, reflejos y astucia, además de ser afrodisíaco.
Un diente de ajo entre las ropas preserva del mal de ojo.
Los campesinos y pastores que dormían al raso untaban las piedras a su alrededor con ajo para ahuyentar a las víboras.
Los ajos colgados alrededor de la casa en la víspera de Todos los Santos (1 de noviembre) rechazan los malos espíritus, y en la Noche de San Juan se cuelgan collares o trenzas de ajo para defenderse de las brujas.
En la Edad Media se utilizaba ajo para prevenir la peste y el cólera y para protegerse del demonio. En esta época también se conocían sus efectos afrodisíacos ya mencionados, por esto estaba prohibido en los monasterios y los monjes debían absterse en comerlo.
Es muy conocida la creencia que el ajo auyenta a los vampiros en el folclore Europeo. Los italianos lo utilizan contra el mal de ojo, y para que haga mayor efecto recomiendan preparar una bolsita para llevar encima con sal, 3 dientes de ajo junto a una guindilla picante. También dicen que tener un diente de ajo con un poco de sal en el bolsillo rechaza la envidia.
Para concluir es bueno saber además, que colgar un manojo o una rista de ajos frescos en la cocina, protegerá el hogar y la salud de toda la familia durante un año entero, pasado este tiempo es recomendable cambiarlo para que renueve su poder. El ajo que más protege es el más gordo.

Sopa de ajo a la española


Ingredientes para 6 personas:

1 barra de pan de 1/4 del día anterior
aceite de oliva
4 o 5 dientes de ajo
1 cucharadita de pimentón dulce en polvo (opcional)
100 gramos de jamón serrano cortado en taquitos pequeños
6 huevos
1 ramita de hierbabuena o tomillo
sal y pimienta al gusto

En una cazuela se pone a hervir unos 2 litros y 1/2 de agua, con sal. Mientras tanto se corta el pan en lonchitas, se fríe ligeramente en una sartén con aceite de oliva y se reserva.
Se vuelve a echar un poco de aceite de oliva en la sartén y se fríen los ajos cortados en lonchas finas junto con el jamón. Cuando los ajos estén dorados se retira del fuego la sartén y se deja enfriar. A continuación se añade el pimentón y se revuelve todo bien.
Al momento que el agua rompe el hervor, se tira el pan frito, el aceite con los ajos y el pimentón, la ramita de hierbabuena o tomillo, y se deja hervir unos 10 minutos. En este punto, se añaden los huevos ligeramente batidos, se remueve bien y se sirve caliente.

CONTINUACIÓN DE LAS RECETAS DE LA SUERTE

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