domingo, 27 de enero de 2008

Las Lupercales en honor a Pan

En los primeros años de la Era Cristiana, el Imperio Romano era en declive, sin embargo, su capital de un millón de habitantes seguía siendo un activo centro comercial en el que, entre otras cosas, abundaban las festividades paganas a lo largo del año. Los cristianos solían integrarse a estas festividades relacionadas con los ciclos lunares y solares, no sólo para pasar inadvertidos, sino porque se sentían verdaderamente atraídos por dichas fiestas coloridas en las que los placeres de la carne se mezclaban con las invocaciones místicas.
El 15 de febrero empezaban en Roma las Lupercales, fiestas en honor de Pan, dios de la potencia generadora de la naturaleza, símbolo del hambre sexual irreprimible e insaciable, así como de la dimensión instintiva de los seres humanos. A Pan se lo conocía también como Lupercus, de ahí el nombre de estas famosas celebraciones que, al parecer, eran la reelaboración de una fiesta más antigua aún. Al dios Pan se lo representaba como un ser mitad humano y mitad cabra, representación que dió lugar más tarde a la imagen del diablo.
Muchos rituales que fomentaban la fertilidad eran repetidos durante las Lupercale y era considerado de suma importancia el acto de purificación de los cuerpos y la expiación del mal. Los sacerdotes Lupercus iban en procesión cubiertos con pieles de cabra, vestimenta del dios Pan, y unos adolescentes y niños azotaban a la gente que encontraban por el camino con unos látigos hechos con pelos de cabra, acto que debía purificar e impregnar de fecundidad a las personas.

Pudín de Pan al caramelo

Ingredientes:

500 g de pan o brioche
2/3 de taza de azúcar
3 huevos
2 cucharadas de agua
1/2 taza de azúcar más
2 tazas de leche
2 trozos de piel de limón (sólo la parte amarilla)
50 g de pasas sin semillas
una cucharadita de canela en polvo

Poner en un cazo el azúcar junto con el agua y dejar que se disuelva por completo a fuego suave. Llevar el almíbar a ebullición, bajar el fuego y dejar que se espese unos 10 minutos más a fuego lento; estará listo cuando presente un color dorado. A este punto sacarlo del fuego y volcarlo en un molde de pudín untado con mantequilla fundida y dejar que se enfríe.
Cortar el pan o brioche en rebanadas, desechar los bordes, rellenar el molde haciendo capas y tapando los huecos con los trocitos sueltos. Esparcir un poco de pasas y una espolvoreada de canela en polvo encima de cada capa.
Poner ½ taza de azúcar en un cazo, añadir la leche, la cáscara de limón y dejar cocer a fuego lento hasta que el azúcar se disuelva bien, removiendo de vez en cuando.
Sacar del fuego y dejar enfriar. Retirar la piel del limón de la leche, batir ligeramente los huevos y tirarlos en la mezcla de leche y azúcar, remover todo un ratito más y verter el preparado encima del pan en el molde.
Colocar el molde de pudín dentro a otra bandeja de horno mayor y añadir agua hasta a que alcance la mitad de la altura del molde. Hornear a calor moderado unos 50/60 minutos, hasta que se cuaje. Una vez fuera del horno, sacarlo del molde y dejarlo enfriar. Ponerlo después en la nevera unas horas o toda la noche.
Antes de servir el pudín, cortarlo en rebanadas y decorar al gusto con nata y fruta fresca, o caramelo.

No hay comentarios: