En primavera uno tiene la oportunidada de mirar las viejas costumbres de su vida con una nueva conciencia y analizar las fuentes de energía más importantes del cuerpo: los alimentos.
Limpiar el cuerpo significa librarlo del exceso de toxinas. Esto se consigue descansando de los alimentos más congestionantes por un tiempo, bebiendo muchos zumos de frutas y verduras frescas, y agua.
El ayuno ha sido utilizado durante todo la historia de la humanidad por múltiples y grandes razones. Hipócrates, por ejemplo decía que “el alimento es la mejor medicina”. Muchas culturas lo han utilizado para rejuvenecimiento del cuerpo y para promover la vitalidad. Han hecho uso del ayuno las conciencias religiosas y espirituales más importantes. A menudo era prescrito en la cultura india, y los esenitas del tiempo de Cristo lo utilizaban para librarse de sus pecados y para coprender mejor a Dios. La Cuaresma cristiana no es otra cosa que la misma medida higienica antigua: liberar el cuepo de los tóxicos acumulados durante el invierno y, paralelamente, renovar también el espíritu para acercarse a Cristo el día de su resurrección, preparados a resurgir también nosotros, con una restaurada vitalidad.
Es el momento óptimo para consumir en abundancia verduras crudas de la estación, de este modo nos aseguraremos un aporte equilibrado de sales minerales y de vitaminas. Las ensaladas se pueden preparar mezclando varios tipos diferentes de verduras, como por ejemplo: verdura en hojas o tallos (lechuga o tallo de apio), raíces (zanahorias o rabanitos), hortalizas (pepinos o tomates)
Mezclar también vegetales de distinto color, ya que los colores indican los distintos aportes vitamínicos: amarillo-naranja señala que predominan los beta carotenos (precursores químicos de la vitamina A). El rojo, la vitamina C y los bioflavonoides. El verde indica contenido de vitaminas del grupo B como los folatos1 y la vitamina B9.
Ensalada mixta con legumbres
Ingredientes para 4 personas:
200 g de hojas de ensalada mixta (lechuga, canónigos, escarola, rúcula, etc.)
200 g de judías blancas ya cocidas
150 g de judías verdes y tiernas
vinagre de manzana
aceite de oliva
sal
Lavar y escurrir bien todas las hojas frescas de ensalada, cortarlas en trozos y acomodarlas en una ensaladera. Lavar, trocear y hervir las judías verdes, ejuagarlas en agua fría, escurrirlas bien y añadirla a las hojas de ensalada. Distribuir encima las judías blancas cocidas y bien escurridas. En un bote emulsionar 3 cucharadas de aceite de oliva con una cucharada de vinagre de manzana, una pizca de sal y batir bien. Al momento de servir rociar la ensalada con un poco del aliño y servir el resto en una salsera aparte para que cada conmensal se lo pueda añadir a gusto.
martes, 26 de febrero de 2008
Cocina de primavera: Depurarse y reflorecer en sincronía con la naturaleza, gracias a las verduras y a las frutas de la estación
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
precioso ,como siempre, y maravillosas recetas,
espero tus post como una bendicion,
besosssssss
luz
Muchísimas gracias luz, es un gusto recibir comentarios así.
Carmela.
Publicar un comentario