Un curioso postre catalán de penitencia, del siglo XIX, era la quesada. Hecha de queso fresco aromatizada con cominos y esencia de pino. La quesada representa dignamente los dulces a base de leche fresca típicos del área mediterranea.
Mel y mató
Ingredientes para 4 personas:
2 vasos de leche
4 cucharadas de azúcar
2 cucharadas de almidón de maíz u otro
4 yemas de huevo
100 g de miel
En una cazuela disolver el azúcar en la leche, desleir después el almidón y añadir las yemas de huevo, batir bien y poner al fuego lento.
Dejar cocer mezclando hasta que el requesón quede bien espeso, separar entonces del fuego y echarlo en los modes par que se enfríe.
En el monento de servir, desmoldar encima de un platito, rociar con miel y servir.

Ingredientes para 4 personas:
500 g de nata fresca
300 g de moras
120 g de azúcar
10 g de gelatina en hojas o polvo
½ vaso de leche fresca
esencia de vainilla
piel de medio limón cortada en juliana
Remojar la gelatina en un poco de leche fría. Llevar a ebullición la nata en una cazuela con 70 g de azúcar, un poco de esencia de vainilla y dejar cocer unos 10 minutos mezclando continuamente. Sacar del fuego y filtrar.
Escurrir la gelatina e incorporarla a la nata caliente y mezclar hasta que esté completamente disuelta. Distribuir en unos moldecitos individuales y dejar enfriar 3-4 horas. Antes de servir, lavar las moras, guardar unas cuantas para decorar, y triturar con el turmix las restantes con el azúcar. Desmoldar la nata cocida en unos platitos, rociar con la salsa de moras, decorar con algún frutito y la piel de limón cortada en juliana y servir.
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