miércoles, 26 de marzo de 2008

Cocina de Semana Santa y Pascua de Resurrección: Las Grandes Madres de la naturaleza

En los pueblos antiguos se pensaba que la fertilidad humana estaba relacionada directamente con la tierra y con las mujeres, que eran las que creaban las nuevas vidas; a ellas se les atribuían poderes mágicos y, por esta razón, sólo ellas podían entrar en contacto con las divinidades relacionadas con la fertilidad.
En Chipre, lugar de nacimiento de la diosa griega del amor y la fertilidad Afrodita, las mujeres realizaban danzas eróticas, acompañadas de cantos y percusiones, con la finalidad de entrar en trance para contactar a la diosa y recibir así sus poderes.
Ceremonias en que las mujeres exclusivamente danzaban en honor a la diosa de la fertilidad, rodando las caderas y el vientre, se pueden encontrar, además de Grecia y Roma, en Anatolia, Mesopotamia, Egipto, Arabia y la India.
Entre los pueblos indígenas de Argentina, agricultores y alfareros, de la provincia de Tucumán —en San Miguel de Tucumán— hay un antiguo lugar sagrado señalado por una piedra grabada llamada Zupca Ovejería, donde las antiguos chamanes realizaban los sacrificios y ritos de fertilidad hace unos 2000 años. En la piedra, entre búhos, peces, serpientes, arroyos y formas larvales, encontramos figuras femeninas. Son las diosas madres de los ríos, del rayo y del arco iris: grandes madres de la naturaleza que aseguran la fertilidad a todos los seres vivos de la tierra. En ese mágico lugar se celebraban los importantes ritos propiciatorios para que el ciclo de la agricultura se cumpliera cada año.

Bollos preñados
(o Hornazos de Pascua, España)

Ingredientes:

Un kg de harina
3 cucharadas de aceite de semillas
6 huevos
la piel rallada de dos limones
18 /20 g de levadura de panadería en polvo (4 sobres)
20 g de canela en polvo
250 cl de agua tibia
750 g de azúcar
500 g de almendras molidas
una cucharadita de sal

Tamizar la harina encima de una mesa de trabajo, mezclar la sal y la levadura disuelta en agua tibia y trabajar bien hasta hacer una masa bastante dura. Añadir aceite hasta que la masa se presente blanda y suave. Trabajarla bien durante un ratito.
Hacer varias tortas redondas grades como un plato y con un centímentro de espesor. Dejar reposar en un lugar tibio 30/45 minutos. Levantar los bordes alrededor dándoles la forma de unas cazuelas.
Mezclar en un bol las almendras con 500 g de azúcar y la canela en polvo. Poner una capa encima de las tartas preparadas, amontonando un poco más en el centro, de manera que al final quede como un bulto. Batir en un bol los huevos y repartirlos encima de la capa de almendras. Espolvorear con el azúcar restante todos los hornazos y poner al horno a temperatura moderada durante 30/45 minutos, hasta que se doren bien.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me encantan los panes y los dulces, espero con ilusiom tu recta, por la historia que cuentas y por la receta,

eres una artita

besos
luz