domingo, 3 de febrero de 2008

Carros alegóricos de Carnaval

Durante las bacanales se cantaba el Ditirambo a Baco que iba disfrazado de sátiro. Frente a él aparecía el sacerdote del dios conduciendo un barco sobre ruedas al que llamaban "carrus navalis" (carro marino o naval), y que los romanos pronunciaban "car navalis", muchos piensan que de ahí viene la palabra carnaval.
La tradición de los carros alegóricos se ha mantenido en los carnavales de muchos países.
En Italia son famosos los carros carnavalescos de Viareggio, que desfilan con sus fantasmas, diablos, campesinos, representantes de la vegetación y del mundo animal, haciendo las delicias de grandes y pequeños.
En Sitges y Villanueva y la Geltrú, en España, también tienen protagonismo los carros alegóricos durante estas fiestas, acompañados de ruidosa música, mucha alegría y abundantes libaciones.
En ocasiones podemos ver encima de los carros la expresión misma del guiño a la lascividad, al sexo desenfrenado y a la "carne pecadora", que provoca la fertilidad y la procreación, característica de estos festivales. En el más famoso e inmenso carnaval de Rio de Janeiro, en Brasil, centrado en la exibición de fastuosos carros repletos de los cuerpos excitados por las frenéticas danzas, esto se nota a lo grande. La rotura de todas las reglas, el sexo para ganar la batalla a la muerte, los ritmos agotadores, hacen la función de una catarsis general, una purificación y vaciado de todo el mal destructivo que se haya podido acumular durante el año.
El Carnaval de Viareggio, famoso en toda Italia, tal como es ahora, nació en el mes de febrero del 1873 en el "Casinó", cuando unos jóvenes acomodados de la ciudad, tuvieron la idea de organizar un "domingo de carnaval" diferente, un espectacular evento a donde desfilarían carros arrastrados por bueyes cubiertos de flores.
En New Orleans el Carnaval empieza el 6 de enero, para concluir el "Mardi Gras", día que precede el miércoles de ceniza. También en esta capital de Louisiana (Estados Unidos) hay desfile de carros alegóricos acompañados de música organizados por los grupos llamados "krewe", que dedican muchos meses en preparar el espectáculo.
En honor al rey de Savoia Carlo Felice, en el año 1830, fue organizado un desfile de 30 carros, y en el 1873 "Su Majestà Re Carnaval I" entró en la ciudad de Niza en pompa magna.
En la región del Reno, en Alemania, se celebra el “Karneval” y el “Fasching” en la Alemania del sur. Famosos son los desfiles de Magonza, Colonia e Rottweil, y de muchas ciudades del sur. El "jueves graso", empieza en Renania los “tollen tage” (dias locos) del Carnaval con el “Weiberfastnacht” (la noche de las mujeres). Las fiestas teminan el Miércoles de Ceniza el “Aschermittwoch”. Todas estas tradiciones también tienen origen en los antiguos ritos que se practicaban para echar el crudo invierno.
El Papa Clemente VII y Carlos V, en el año 1.525, y más tarde Felipe V en el año 1.716, alarmados por la violencia y el desenfreno exagerado de algunos hombres durante las fiestas, prohibieron la celebración del carnaval. Sin embargo en Roma, los burgueses mientras tanto llevaron las celebraciones a puertas cerradas. En sus lujosísimos salones, bailaban hasta tarde escondidos detrás de las enigmáticas máscaras y espectaculares disfraces. Las clases populares, sin embargo continuaron festejándolo en las calles.
Los Carnavales más famosos del mundo como Venecia y Río de Janeiro, Canarias, Viareggio, New Orleans, poco a poco fueron transformándose en importantes espectáculos turísticos, dejando atrás la fundamental idea de purificación espiritual y promoción de la fertilidad que sostenían estos festivales de invierno paganos, que están al origen de las celebraciones de los actuales carnavales.

"Pets-de-nonne"
(Francia)

Ingredientes :
300 g harina
125 g azúcar en polvo
50 g azúcar
20 cl agua
10 cl agua de flor de naranja
4 huevos
125 g mantequilla
1 pizca de sal

Poner en una cazuela al fuego la mantequilla, el agua, el azúcar y una pizca de sal. Llevar a ebullición, disover bien todos los ingredientes y sacar del fuego.
Tirar de un golpe la harina y remover bien para deshacer todos los grumos. Poner otra vez al fuego suave y, siempre mezclando costantemente, incorporar los huevos de uno en uno, mezclando bien después de cada adicción.
Añadir un poquito de agua de flor de naranja y sacar del fuego.
Calentar abundante aceite en una sartén y tirar la masa preparada cogiéndola con una cucharadita; los buñuelos se darán la vuelta solos cuando estarán cocidos e inflados. Sacarlos entonces del aceite y ponerlos sobre un papel de cocina a escurrir.
Espolvorear con azúcar en polvo y servir fríos.

Los "pet de nonne" (pedos de monjas) son los buñuelos de carnaval más populares de Francia. Se pueden encontrar durante estas fiestas en las pastelerías y panaderías, pero es costumbre prepararlos en las cocinas familares.

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